Hoy una buena amiga, Mariví, me ha regalado algo muy importante. Una reliquia de San Pío X, pues bien sabe ella mi devoción por el santo y por su secretario de Estado, el cardenal Merry del Val. Aún no tengo claro que vaya a aceptar el regalo, creo que lo prefiero en préstamo, debido al alto valor que le concedo. Al llegar a casa he hablado del tema con mi mujer y me he dado cuenta de que sobre el tema de las reliquias los jóvenes estamos muy desinformados. Nos han educado en un (in)sano escepticismo al respecto. Hablaré un poco del tema para formación de quienes esto lean.

Se llaman reliquias a los restos de los santos después de su muerte. Pudiendo ser el cuerpo entero o cada una de las partes en que se haya dividido, aunque sean muy pequeñas. Las reliquias también designan a los ropajes y objetos que pudieran haber pertenecido al santo en cuestión o haber estado en contacto con él, considerados dignos de veneración. Las reliquias pueden ser de tres grados: 1er grado: un fragmento del cuerpo. 2do grado: un fragmento de su ropa o de algo que el santo usaba durante su vida (rosario, Biblia, cruz, etc.). 3er grado: cualquier objeto que ha sido tocado a una reliquia de primer grado o a la tumba de un santo.

El concilio de Trento es claro al respecto al hablar de las reliquias:

"Instruyan (los obispos) también a los fieles en que deben venerar los santos cuerpos de los santos mártires, y de otros que viven con Cristo, que fueron miembros vivos del mismo Cristo, y templos del Espíritu Santo, por quien han de resucitar a la vida eterna para ser glorificados, y por los cuales concede Dios muchos beneficios a los hombres; de suerte que deben ser absolutamente condenados, como antiquísimamente los condenó, y ahora también los condena la Iglesia, los que afirman que no se deben honrar, ni venerar las reliquias de los santos; o que es en vano la adoración que estas y otros monumentos sagrados reciben de los fieles; y que son inútiles las frecuentes visitas a las capillas dedicadas a los santos con el fin de alcanzar su socorro."

El Catecismo de la Iglesia también trata el tema en el punto 1674:

"Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc. (cf Concilio de Nicea II: DS 601;603; Concilio de Trento: DS 1822)."

Las reliquias representan a la persona con la que está asociada. Recordemos la mujer enferma que acudió a Jesús y tocó su manto (Marcos 5,27-29) Ella no tocó el manto por el valor intrínseco del manto sino por tocar a Jesús. De la misma forma, tocamos las reliquias y las veneramos no por ellas mismas sino por el santo al que están asociadas. Dios puede concedernos milagros por intercesión de los santos, pero más importante es acercarnos a los santos para inspirarnos en sus vidas e imitarlos con el deseo de también nosotros vivir en santidad y llegar al cielo.

En los Hechos de los Apóstoles vemos varios ejemplos de curación por medio de reliquias de San Pablo o de veneración a las reliquias o similares como las de San Pedro. San Jerónimo diría en el siglo IV "No rendimos culto y no adoramos por temor a hacerlo a las creaturas en vez de al Creador, pero veneramos las reliquias de los mártires para adorarle más a El, dueño y Señor de los mártires”.

Por último, pero no menos imortante en un mundo donde todo se compra y se vende. El código de derecho canónico establece en su punto 1190:

1190  § 1.    Está terminantemente prohibido vender reliquias sagradas. § 2.    Las reliquias insignes así como aquellas otras que gozan de gran veneración del pueblo no pueden en modo alguno enajenarse válidamente o trasladarse a perpetuidad sin licencia de la Sede Apostólica.

La foto que ilustra este artículo está sacado de una puja en internet de un relicario de San Pío X que contenía reliquias del papa santo.