Fulton John Sheen, fue obispo auxiliar de Nueva York, más tarde obispo de Rochester y finalmente arzobispo de Newport. Pero además de estos relevantes cargos de responsabilidad, es muy conocido por su labor evangelizadora en los EE.UU. Hubo quien le denominó el "San Juan Bautista de nuestro tiempo". Cuando la televisión daba sus primeros pasos, este arzobispo tuvo su propio programa. Se titulaba "La vida vale la pena" y llegó a tener 30 millones de espectadores cada semana. La gente se asombraba y afirmaba que nunca habían escuchado hablar así a un prelado. En su programa aclaraba dudas y defendía con energía, claridad y firmeza la fe cristiana. Recibía cientos de cartas cada día y dedicaba horas enteras a responderlas, con una voluntad incansable, con el convencimiento de que aquel apostolado fructificaría tarde o temprano.

Pero es que él ya había tenido un entrenamiento previo. Desde los años 30 él ya hablaba por la radio. Se dice que le seguían en dicho medio alrededor de 4 millones de oyentes; y que recibía cinco mil cartas semanales. Fue famoso un día en especial en sus programas televisados cuando leyó un pasaje de la obra "Julio Cesar" de Shakespeare, sustituyendo los nombres de Julio Cesar, Cayo, Marco Antonio y Bruto, por los de Stalin, Beria, Malenkov y Vichinsky y terminando la lectura con un contundente "Algún día Stalin tendrá su juicio". Stalin moriría una semana más tarde.

Pero su afán evangelizador (su figura no puede ser vista sino como precursora y ser el perfecto ejemplo de lo que el Papa Benedicto XVI pide para la Iglesia de hoy) no quedó tan sólo en dichos medios, lo que sería extraordinario por su esfuerzo. El arzobispo Sheen escribió además de numerosos artículos 73 libros destinados a la evangelización, al conocimiento y difusión de la doctrina católica. Y aún más dedicó su valioso tiempo en evangelizar en persona a multitud de personas, algunas tan famosas como el escritor comunista (y tras su conversión fervoroso anticomunista) Louis F. Budenz, el nieto de Henry Ford, Henry Ford II (jefe ejecutivo de la compañía) o la actriz Virginia Mayo. Se dice que el 95% de aquellas personas a las que trató de acercar a la fe católica terminó bautizada.

El 3 de Octubre de 1979 fue un momento muy especial para Mons. Sheen. El Papa Juan Pablo II lo abrazó en la Catedral de San Patricio, Nueva York, y le dijo: “¡Has escrito y hablado bien de nuestro Señor Jesucristo. Eres un hijo leal de la Iglesia!". Tres meses mas tarde moriría. Se abrió su causa de canonización y al parecer hay un milagro por su intercesión en ciernes de ser aprobado.