Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog
21 junio 2011 2 21 /06 /junio /2011 16:56
Imita a Maria
 
Uno de los pocos hechos ocurridos en Nazaret durante los largos años llamados de la “vida oculta”, es aquel que supuso un grave disgusto para la Virgen y para San José, el de la pérdida del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén.
 
La Sagrada Familia, como buenos creyentes en Yahvé, había viajado a la capital de Israel durante las fiestas para visitar el Templo y alabar allí al Señor, tal y como mandaba la ley judía. No era la primera vez que lo hacían y la novedad de aquella ocasión era que Jesús daba cada vez más muestras de interés por todo lo relacionado con el Templo, hacía preguntas que nadie le sabía contestar y se mostraba inquieto y deseoso de llegar a la casa de Dios. Una vez allí, el muchacho logró escaparse de la tutela de sus padres y familiares, quizá debido a que los hombres debían estar separados de las mujeres y él tenía una edad que le permitía ir con unos o con otros indistintamente. El caso es que, cuando llegó la hora de regresar a Galilea, María pensó que estaba con José y éste pensó lo mismo pero con respecto a su esposa. La caravana se puso en marcha y cuando había transcurrido ya una jornada de marcha, antes de caer la noche, descubrieron que el pequeño Jesús se había quedado en Jerusalén.
 
El niño perdido. Parece el título de una novela romántica o de un drama. Sin embargo, fue una realidad. Una realidad que angustió el corazón de la Santísima Virgen y también el de San José. Inquietos, regresaron lo antes posible a la ciudad y, después de buscar entre los familiares y conocidos que tenían en la ciudad, por fin se dirigieron al Templo. Allí le encontraron, como si no hubiera pasado nada, hablando de Dios y de las cosas de Dios con un grupo de eruditos en la ley, a los que el Evangelio denomina “doctores”, “sabios”, “maestros”. Jesús, aun siendo un adolescente, ya daba muestras de poseer la plenitud de la sabiduría. Una sabiduría que era infinitamente más lúcida que todas las de los hombres.
Lo más hermoso de la escena, tal y como la cuenta el Evangelio, es el encuentro entre la madre y el hijo. José, discretamente, deja hacer a su mujer, quizá para suavizar las cosas o quizá porque no se sentía con autoridad suficiente para llamar la atención al Mesías. Pero María es su madre y en esa regañina -delicada pero firme- la vemos ejerciendo como tal. No le importaba a ella que aquel muchacho fuera el Hijo de Dios, el Mesías y todos los demás títulos que el pueblo de Israel había reservado para el que debía ser su libertador. Ahora era su pequeño, su hijo, y les había dado un disgusto de muerte. Por eso se encara con él y le interroga sobre su comportamiento.
 
Jesús, con calma, explica a su Madre que tenía otras cosas que hacer y posiblemente también le debió decir que se le había pasado la hora y que cuando se dio cuenta ya era tarde así que esperó a que vinieran a buscarle. Pero, sobre todo, le da una lección. A ella, a la que hasta ese momento había sido su maestra, Jesús empieza a tratarla como discípula: “Tengo que atender las cosas de mi Padre”. El Evangelio, siempre parco en expresiones, se limita a decir que María, estupefacta y sorprendida, guardó esa respuesta como un tesoro y se dedicó a reflexionar sobre ella, pues representaba, antes que nada, que el niño había dejado de ser niño y que estaba llamando a Dios, al Todopoderoso e Innombrable Yahvé, nada menos que “Padre”. Claro que el Evangelio añade que Jesús se volvió a Nazaret con su familia y que allí siguió bajo su autoridad. Aquello había sido un incidente, no una rebelión; un anticipo de lo que tendría lugar años después, para que María se fuera acostumbrando y tuviera tiempo para prepararse.
 
¿Cuál es la enseñanza? Quizá, entre todas, ésta: que los padres no pueden aspirar a ocupar el lugar de Dios en el corazón de los hijos. Aunque hoy los tiempos no van por ese camino, todavía se encuentran casos en los cuales los padres, más que acompañantes y guías, pretenden convertirse en dictadores. Esto sobre todo sucede con la vocación religiosa. Si un hijo dice que quiere ser médico o ingeniero, no sucede nada, por lo general. Si dice que quiere ser sacerdote o hacerse monja, entonces en no pocas familias se arma un drama. Y eso no sólo en familias alejadas de la práctica religiosa, sino también en otras que son incluso muy practicantes.
 
Aprendamos a dejar que el otro, aunque sea el propio hijo, tenga su propia vida, su propia libertad. Claro que tenemos que ayudarle con nuestros consejos y con nuestro testimonio. Mientras es menor de edad, además, tenemos el derecho y el deber de conducirle por el camino que consideramos más adecuado, aunque podamos equivocarnos. Pero, a la vez, debemos aprender a descubrir cuál es su propia personalidad, debemos ayudar a que ésta se forme. En cambio, con frecuencia, lo que muchos padres quieren es que los hijos sean una mera prolongación suya, que hagan lo que ellos no han podido hacer, que tengan lo que ellos no han podido tener. No es extraño que, con esta mala educación, se produzcan desde las rebeldías hasta los fracasos más sonoros.
 
En cuanto a María, su sorpresa, su dolor, nos puede ayudar no sólo a respetar la legítima libertad de los hijos, sino también a sentirnos identificados con ella cuando esos hijos, por culpa nuestra o por culpa suya, han emprendido caminos equivocados y están, de verdad, perdidos, y no precisamente en el Templo.
 
Propósito: Agradecer a Dios el ejemplo de María y de José en su relación con el adolescente Jesús: el respeto y la autoridad mezclados por igual y aderezados con amor
 
 
Compartir este post
Repost0

Comentarios

Présentation

  • : Franciscanos de María, El Salvador
  • : La misión de los Franciscanos de María es vivir y difundir la espiritualidad del agradecimiento, ayudando a todos a comprender que ése es el corazón del Evangelio, aquello que Dios espera y tiene derecho a encontrar en el corazón del cristiano.
  • Contacto

Contactos

Telefono: (503) 2131-9333

 

Correo Electronicos:

 

Zona Paracentral: frmaria.esa.paracentral@gmail.com  y    frmaria.esa.paracentral2@gmail.com

 

Zona Occidental: frmaria.esa.occidente@gmail.com

 

Zona Oriental: frmaria.esa.oriente@gmail.com

 

Ministerio de Jovenes: jovenesfranciscanosdemaria@gmail.com

 

Coordinador General: Franciscanosdemaria@hotmail.com

 

 

 

El Muro de los agradecimientos

 EL MURO

El Santo Rosario online

santo rosario 02

15 min. con Jesús

15minjesussac